lunes, 12 de julio de 2010

El profesor es capaz de promover en sus alumnos aprendizajes con un alto grado de significatividad y funcionalidad es el profesor que, entre otros extremos, puede utilizar de forma flexible, atendiendo a las características concretas de cada situación, problema de fondo con el que nos enfrentamos no es tanto, o no es sólo, comprender mejor cómo los alumnos construyen el conocimiento, sino comprender mejor cómo los profesores pueden influir sobre este proceso de construcción, facilitarlo y encauzarlo hacia el aprendizaje de unos contenidos determinados, la concepción constructivista del aprendizaje y de la enseñanza perfilada en este debe ser interpretada más bien como instrumento para la reflexión y la acción que nos ofrece la Psicología de la Educación no vamos a presentarla como una teoría alternativa del aprendizaje y de la enseñanza, ni mucho menos como la teoría que integra y supera a las demás. No es un simple recurso estilístico, sino más bien precauciones adoptadas para minimizar los riesgos para la educación escolar; el mejor antídoto contra todo ello consiste en prestar una atención especial a las características propias de las situaciones escolares de enseñanza y aprendizaje, evitando su desgajamiento del contexto social en el que se esta situando el punto de partida de la reflexión como instrumento de individualización y socialización en el desarrollo de los seres humanos.
El aprendizaje no consiste en una mera copia , reflejo exacto o simple reproducción del contenido a aprender, sino que implica un proceso de construcción o reconstrucción en que las aportaciones de los alumnos juegan un papel decisivo. En primer lugar, el alumno es el responsable último de su propio proceso de aprendizaje y nadie puede sustituirle en esa tarea, la actividad mental constructiva del alumno se aplica a contenidos que poseen ya un grado considerable de elaboración, es decir, que son el resultado de un cierto proceso de construcción a nivel social.
Los alumnos construyen o reconstruyen objetos de conocimiento que de hecho están ya construidos y aceptados como saberes culturales antes de iniciar el proceso educativo; el profesor a de intentar orientar y guiar esta actividad con el fin de que la construcción del alumno se acerque de forma progresiva a lo que significan y representan los contenidos como saberes culturales, de este modo en consideración de la actividad constructiva del alumno obliga a sustituir la imagen clásica del profesor como transmisor de conocimientos por la del profesor como orientados o guía, ya que su función es engarzar los procesos de construcción del alumno con el saber colectivo culturalmente organizado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario